Cumplimos doscientos años desde nuestra independencia
y es una buena ocasión para vestirnos de fiesta.
Ésta es la oportunidad de repasar nuestra historia
y sentirnos orgullosos por tantos años de gloria.
El querer emanciparnos fue un acto de osadía
era el momento apropiado para nuestra autonomía.
El destino nos llevó a poder hoy celebrar
dos siglos de libertad después de mucho luchar.
Entramos al tercer siglo de nuestra breve existencia
nuestra nación es muy joven y va adquiriendo experiencia.
Para sortear los obstáculos que le impiden despegar
y dar a luz tantos sueños que nos hacen desvelar.
Ojalá los argentinos olvidemos las desgracias
pues merecemos vivir por siempre en democracia.
Que nos encuentre en paz y en plenitud de derechos
no queremos terminar con nuestros sueños deshechos.
De nuestra independencia hoy es el bicentenario
que sea en libertad porque es más que necesario.
Ruben Edgardo Sánchez, 9 de julio de 2016
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