Cuando eras muy pequeño comenzabas a entonar
con devoción y respeto nuestro Himno Nacional.
Una década después te llevaron a Malvinas
pusiste el pecho a las balas y te jugaste la vida.
Enfrentando a los ingleses luchaste como un león
siendo apenas un conscripto con escasa instrucción.
Tenías como enemigos soldados bien equipados
profesionales de guerra hombres experimentados.
Con tu valor y tu entrega pusiste en juego el honor
de luchar por nuestra patria hasta el último estertor.
Las estrofas de aquel himno susurraste muy bajito
cumpliste con la promesa que cantabas de chiquito.
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir
que supimos conseguir
coronados de gloria vivamos
o juremos con gloria morir
o juremos con gloria morir
Ruben Edgardo Sánchez, 2 de abril de 2014
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