Atraviesa las hendijas
abiertas de la persiana
el luminoso astro rey
en horas de la mañana.
Entra sin pedir permiso
porque se le da la gana
a entibiarnos dulcemente
las sábanas de la cama.
Así nos entrega el día
sin decir ni una palabra
bello regalo del cielo
que nos llega con el alba.
Ruben Edgardo Sánchez, 9 de noviembre de 2014
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