Sin uno mismo no existen
los otros que nos rodean
pues cada uno de ellos
viven en nuestra conciencia.
Una parte de nosotros
incluye la alteridad
como límite preciso
de nuestra identidad.
Por estar siempre ligados
uno mismo y los demás
cada uno de nosotros
somos uno y algo más.
Ruben Edgardo Sánchez, 26 de octubre de 2014
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