(Para mi hija Ayelén en el día de su cumpleaños)
Nuestros hijos son la gloria concebida en nuestro ser
son el sueño que gestamos mucho antes de nacer.
Son mucho más que el fruto de nuestro par de simientes
son únicos y radiantes con el futuro en la frente.
Heredan nuestro apellido el color de nuestros ojos
pero es muy propio su sello pues son simplemente otros.
Son ancla y vela a la vez de un barco botado al mar
una los fija a su herencia la otra los hace volar.
Son mucho más que el reflejo de lo que somos sus padres
tienen luz propia y su vida no es prolongación de nadie.
Nuestros hijos son el sol la luna y las estrellas
son el regalo más lindo son el cielo y son la tierra.
Ruben Edgardo Sánchez, 6 de octubre de 2014
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