No entiende el corazón nuestras razones
la risa el llanto el odio y el amor
una gran alegría un gran dolor
conforman un rosario de emociones.
Solemos sujetarlas firmemente
temiendo algún desborde inapropiado
por cierto estamos muy equivocados
habrán de liberarse finalmente.
Presionan como el agua de un embalse
con gran perseverancia tras el muro
saldrán de entre las grietas con apuro
dispuestas felizmente a derramarse.
No somos de madera ni de hierro
hay sangre que recorre nuestras venas
lloramos de alegrías y de penas
humano es por lo tanto conmovernos.
Ruben Edgardo Sánchez, 13 de febrero de 2017
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