En una plaza famosa de una ciudad importante
me sentí alguna vez un bicho raro caminante
era octubre hacía frío y la gente me miraba
con vergüenza y gran pudor mi paso disimulaba.
Locura de adolescente arrebato juvenil
blanca tenía la cabeza y no era calvicie senil
frío y calor yo sentía desde la frente a la nuca
decidido estaba al fin a comprar una peluca.
A la mañana siguiente escogí el aditamento
y repuesto del mal trance fui al trabajo muy contento
clientes y proveedores no advertían nada raro
hasta que algún delator me denunciaba pelado.
Así pasaron los días y el pelo no aparecía
calvo estaba por la noche y melenudo de día
al mes el pelo tenía como césped bien cortado
bien podía parecer que me habían convocado...
para cumplir el servicio militar obligatorio
cabeza libre y al viento sin incómodo envoltorio
la peluca ahora sí podría dejarla a un lado
y por la plaza pasear sin sentirme un bicho raro.
Ruben Edgardo Sánchez, 16 de mayo de 1991
(Una locura de mi juventud, fotografía tomada el 29-09-1971)
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