Con fuegos artificiales disfraces grandes desfiles
celebran el año nuevo los chinos los mandarines.
No se habla del pasado ni se castiga a los niños
sólo se habla del futuro se los trata con cariño.
Todos se visten de rojo pues simboliza el fuego
previene la mala suerte y acerca el dinero.
A la medianoche en punto empieza el nuevo año
abren puertas y ventanas así se aleja lo malo.
Tienen más que un fin estético los fuegos artificiales
espantan a los espíritus y así ahuyentan sus males.
Todos los agricultores celebran en estos tiempos
desde hace cuatro mil años el ocaso del invierno.
Finalmente se da cita el Festival de las Linternas
con sus fogosos dragones pone fin a esta fiesta.
Casi una sexta parte de la población mundial
celebra por estos días esta fiesta singular.
Ruben Edgardo Sánchez, 8 de febrero de 2016
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