Las promesas de campaña quedaron en el olvido
no alcanza el pan para todos proliferan los despidos.
Existen varias razones para entender lo que pasa
en medio de tanto cambio ya no hay orden en la casa.
Siempre la culpa es del otro jamás será de uno mismo
es imposible confiar y nos gana el pesimismo.
Conculcados los derechos de nuestra Constitución
ya no tenemos confianza en que impere la razón.
Con tanto autoritarismo de una y otra vereda
vivimos sobresaltados la calma lejos nos queda.
Tenemos cierta impresión de caer en un abismo
desde hace mucho tiempo e incluso ahora mismo.
Ruben Edgardo Sánchez, 20 de febrero de 2016
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