De repente emprendí el vuelo
con mis globos de colores
dejé atrás el caserío
a bordo de mil amores.
Jamás me sentí más libre
que en esta oportunidad
me llevaron cuando el viento
se dispuso a soplar.
Y yo me dejé llevar
sin saber a dónde iban
ellos tampoco sabían
íbamos a la deriva.
Estábamos bien sujetos
a los caprichos del viento
pero era tal la emoción
que estábamos muy contentos.
Ruben Edgardo Sánchez, 6 de agosto de 2015
No hay comentarios.:
Publicar un comentario