De chicos nos recomiendan no responder con agravios
aunque nos ciegue la ira y nos mordamos los labios.
Tomarse un tiempo prudente para encontrar las palabras
en lugar de dar respuestas en forma desaforada.
Lo escrito puede borrarse mas lo dicho es imposible
cuando salió de la boca no hay forma de interrumpirle.
Es mejor poner un freno y al cabo reflexionar
que todo lo que digamos jamás se puede borrar.
Todo improperio resulta catártico y saludable
es difícil enojarse sin dejar de ser amable.
No podemos soportar una carga tan pesada
tampoco andar por la vida estreñido con palabras.
Muchas veces la ironía resulta un buen recurso
aliviamos nuestro enojo sin proferir ni un insulto.
Pero si no es suficiente habrá que hablar sin disfraz
ningún pelo en nuestra lengua entonces lo impedirá.
Ruben Edgardo Sánchez, 26 de agosto de 2016
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