Desde hace tiempo miraba con resignación el mar
pensar que estaba tan cerca y no lo podía alcanzar.
De repente la marea interpretó su deseo
creció tanto que la casa decidió dar un paseo.
Lo que ella siempre quiso era darse un chapuzón
se fue acercando despacio y en el agua se metió.
Muchos vecinos curiosos la contemplaban absortos
la ocurrencia de la casa era un riesgo peligroso.
Quedó a merced del oleaje encallada en la arena
la encontraron inclinada y expuesta a la marea.
Sin saber muy bien qué hacer reflexionaron bastante
y decidieron llevarla a donde se hallaba antes.
Debieron esperar mucho hasta que hubo pleamar
y entonces aprovecharon para empujarla de atrás.
La marea subió tanto que la casa se ubicó
unos metros más arriba del sitio en donde vivió.
Agradeció a los vecinos por la ayuda recibida
la casa estaba cansada y también muy abatida.
Pero estaba satisfecha porque su sueño cumplió
una experiencia fantástica que jamás imaginó.
Ruben Edgardo Sánchez, 29 de agosto de 2016
Fotografía: Atkins, Premio Medio Ambiente
La erosión del mar en Chennai, India - Kumar-SL_Shanth