y trepándose a una
pérgola una bella santa rita.
El sol se pone a lo lejos
siguiendo el cauce del río
y deja su sello impreso
con resabios del estío.
Agrupados en familia en
una tarde apacible
disfrutamos de las mieles
que ofrece el delta del Tigre.
Un remanso de sosiego con
aire de paraíso
las agujas del reloj
corretean por el piso.
Niños jugando en el
parque parejas de enamorados
paz y amor en todas partes
son momentos anhelados.
Qué más podemos pedir
todo esto es un regalo
lo mejor de nuestras vidas
está aquí a nuestro lado.
Ruben Edgardo Sánchez, 6
de abril de 2015
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