Hay quienes viven
pendientes del lujo y del placer
disponen de privilegios
sólo por pertenecer.
Se esmeran en fabricar
determinada impostura
formando parte del "club"
sin perder la compostura.
Creen que todo está bien
se lo dicen a sí mismos
aunque terminen cayendo en
las fauces de un abismo.
La vida en estas esferas
está llena de apariencias
cegadas por la ambición
yacen mudas sus conciencias.
En el teatro de la vida
los verdaderos actores
no están sobre el
escenario sino en cómodos sillones.
Tienen un rol asignado que
les llega por herencia
hay poco margen de error y
acecha la decadencia.
Ruben Edgardo Sánchez, 6
de abril de 2015
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