Serpenteo incesante crepitar insolente
corrosión delirante turbación de la mente
crispación del semblante y al final implorando
un segundo de calma un minuto de aliento
el instante anhelado el ansiado momento
con las manos unidas y los ojos llorando.
Ruben Edgardo Sánchez, 30 de abril de 1991
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