Noche oscura y cerrada persistente garúa
luces vagas salpican de cristales la rúa.
Esquivando infortunios sin temor caminaba
presentía mi rumbo conversando conmigo.
Anidaba pesares sin un solo testigo
olvidando mis pasos tras los pasos que daba.
Ruben Edgardo Sánchez, 30 de abril de 1991
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