Dos en medio del
abismo
casi al borde de la
nada
contemplando sin
hablar
la quietud de la
alborada.
La vida escapó de
pronto
sin siquiera dar
aviso
qué lejos quedó
entonces
la fiesta del
paraíso.
Ni las risas de los
niños
ni el aletear de las
aves
las nubes cubren el
cielo
y al sol le pusieron
llave.
Habrá que tener
paciencia
por suerte nada es
eterno
ni otoño ni primavera
ni el verano ni el
invierno.
Ruben Edgardo
Sánchez, 15 de marzo de 2015
Fotografía: © Ergin Üçüncü
Fotografía: © Ergin Üçüncü
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