Cada aurora al
encontrarte
Junto a mi lado en el
lecho
Lleno de vida mi
pecho
Hemos compartido paz
Sueño descanso y
solaz
Tantas otras cosas
más.
(Hubimos de hacer un
nido
Ambos cuerpos un
abrigo
Tu espalda y detrás
mi ombligo).
Al calor nos
despertamos
Las pieles húmedas
lucen
Piernas y brazos se
crucen
Impidan al voraz
tiempo
Con su tic-tac
proseguir
Y volvamos a dormir.
Pero el sol sigue
subiendo
Marcha cálido y
paciente
Y nos dice arriba
gente
Ahora vestirnos
debemos
Para salir a la calle
Cuidad que el porte
no falle.
Ante la mesa
ingerimos
Dos tazas de té
caliente
Se acerca ya la
partida
Cada uno a sus
quehaceres
No importa habrá
otros días
Y muchos amaneceres.
Ruben Edgardo
Sánchez, julio de 1995
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