La marea inquieta que
viene y se va
el viento las olas y la
inmensidad.
Una casa blanca en medio
del mar
sobre un promontorio bello y singular.
Se mantiene firme siempre en su lugar
pese a los embates del
bravío mar.
La casa está sola quién
la habitará
quién puede animarse a
tanta soledad.
Se levanta enhiesta sobre
un pedestal
una casa aislada en medio del mar.
Ruben Edgardo Sánchez, 28 de diciembre de 2017
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