Mi Universar

martes, 26 de septiembre de 2017

No hay mal que dure cien años


Las circunstancias adversas no duran eternamente
parecen interminables pero al fin desaparecen.

Como por arte de magia se alejan los nubarrones
y vuelve a salir el sol con rayos multicolores.

Todos los rictus faciales se transforman en sonrisas
el alma regresa al cuerpo y lo hace a toda prisa.

Olvidamos los problemas que tanto nos desvelaron
y entonces alegremente a la vida retornamos.

Para aliviar nuestras penas existe un refrán famoso
“No hay mal que dure cien años” nos recuerda generoso.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario