Tenemos a Dios y al Diablo trabajando adentro nuestro
depende a quien invoquemos será benigno o maléfico.
Dispuestos a acrecentar las huestes de sus imperios
no saben a qué apelar si al engaño o al misterio.
Cada uno nos seduce con su marcada influencia
y apela sin discreciones a variadas estrategias.
Uno es bueno el otro es malo nos enseñan de pequeños
tal vez sean uno solo y nosotros seamos ellos.
Hay algo cierto y seguro no es único el camino
van en muchas direcciones y nosotros decidimos.
Es importante evaluar en cada paso que damos
con responsabilidad la dirección que tomamos.
Ruben Edgardo Sánchez, 4 de junio de 2017
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