Difícil será
olvidar este año dos mil veinte
cuando un
virus letal nos enfrentó con la muerte.
Por su tenaz
persistencia muchas vidas ha truncado
hoy
casi todo el planeta resultó ser infectado.
Millones han
padecido antes de perder su vida
no sabemos
cuántos más la perderán todavía.
No
hay nada que sea eterno todo tiene un final
siempre
que llovió paró será cuestión de esperar.
Debemos
tener paciencia todo tiene un final
incluso
el coronavirus con su presencia infernal.
Se acerca el
noveno mes y con él la primavera
después de
tantas zozobras algo bueno nos espera.
Ruben Edgardo
Sánchez, 31 de agosto de 2020
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