Cuando
tenemos salud solemos estar muy bien
nos
mostramos vigorosos y de buen humor también.
Nos
sentimos agraciados por tanta felicidad
el
problema se presenta al llegar la enfermedad.
Se
apodera de nosotros y debemos padecer
dolores
bastante agudos que nos causan displacer.
Son
dolores persistentes que no nos dejan en paz
ni
siguiera unos segundos para poder descansar.
Nos
sentimos invadidos por un mal que nos aqueja
y
que viene acompañado por dolores de cabeza.
Recurrimos
a un calmante y esperamos la respuesta
no
es muy fácil combatir el dolor que nos afecta.
No
podemos enfrentar tan crueles padecimientos
la
pelea es desigual porque arrecian los tormentos.
Deseamos
que pase pronto y no nos moleste más
es
un cuadro desgraciado difícil de soportar.
Ruben
Edgardo Sánchez, 27 de julio de 2020
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