Cuando es tiempo de elecciones hay un solo soberano
el que detenta el poder no es otro que el ciudadano.
El que asume el compromiso de elegir representantes
que deberían cumplir las promesas hechas antes.
Los candidatos comulgan con los deseos del pueblo
y luego cambian la mira cuando llegan al gobierno.
Entonces es cuando olvidan las promesas de campaña
pues saben que al fin y al cabo al pueblo siempre lo engañan.
Al pasar un par de años repiten la misma historia
nunca olvidan que la gente anda floja de memoria.
Y así sucesivamente de uno a otro comicio
el pueblo sigue votando aún en contra de sí mismo.
Ruben Edgardo Sánchez, 13 de agosto de 2017
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