La República Argentina recuerda por estos días
aquello que en Buenos Aires por entonces sucedía.
En mil ochocientos diez unos patriotas había
que se venían reuniendo en una jabonería.
Su intención era secreta y también muy peligrosa
eran revolucionarios querían cambiar las cosas.
Transcurría el mes de mayo los periódicos decían
que en manos de los franceses los españoles caían.
El dieciocho de mayo el virrey que gobernaba
al pueblo se dirigió a través de una proclama.
Les contó lo sucedido les pidió tranquilidad
y que a España le guardaran toda su fidelidad.
El diecinueve de mayo piden que se les permita
hacer un Cabildo Abierto para que el pueblo decida.
El veinte de mayo entonces los patriotas le exigieron
que autorice esa reunión al mismo virrey Cisneros.
El veintiuno de mayo en la plaza se reunieron
para apoyar la moción de hacer un Cabildo Abierto.
El veintidós bien temprano iniciaron la sesión
y con ella el debate que acabó sin decisión.
El día veintitrés de mayo la mayoría aprobó
destituir al virrey pero algo raro pasó.
Decidieron conformar sin la presencia del pueblo
la Junta Provisional presidida por Cisneros.
El veinticuatro de mayo con el pueblo indignado
aceptan renunciar todos y el virrey es separado.
Finalmente el veinticinco desde hora muy temprana
los criollos se reúnen en nuestra histórica Plaza.
Al ir pasando las horas y sin saber lo que pasa
el pueblo toma el poder y es asentado en un Acta.
Seguidamente se forma el Primer Gobierno Patrio
en el día más glorioso: el Veinticinco de Mayo.
Ruben Edgardo Sánchez, 18 de mayo de 2015
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