Centellean mis ojos luces vespertinas
encendidas de rojos y blancas glicinas.
Melodías sonrojos rizos serpentinas
bellos petirrojos y flores albinas.
Serpenteantes bajadas de aguas cristalinas
piedras espejadas que lucen divinas.
Burbujeantes cascadas brincan saltarinas
caracolas rosadas y ostras ambarinas.
Contumaces desvelos cegadas retinas
arreboles de cielos y densas neblinas.
Acrobáticos vuelos raudas golondrinas
persistentes anhelos y tibias colinas.
Ruben Edgardo Sánchez, 24 de agosto de 2014
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