Poseídos por demonios invierten dinero en armas
en lugar de emplearlo en acciones solidarias.
Bombardean las ciudades sus casas y sus hogares
disparan dardos de sangre causando llanto y pesares.
Los objetivos de guerra son siempre seres humanos
caen por igual los pequeños los grandes y los ancianos.
En tanto en los escritorios de los crueles desalmados
las estrategias de guerra dejan la vida a un costado.
Parecen niños jugando con soldaditos de plomo
son impunes asesinos envilecidos por oro.
No tienen perdón de Dios cualquiera sea la creencia
cegados por el poder matan con toda inclemencia.
Ahora son palestinos mañana será otro pueblo
en los centros del poder la guerra siempre es un juego.
Ruben Edgardo Sánchez, 23 de julio de 2014
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